Promete caldeado

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martes 14 de junio de 2022, 01:37h

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Continua el desafío de los precios allá donde se mire. Se confiaba en que la inflación en EE.UU. en mayo se moderase, pero un 1% en la tasa mensual, con una creciente presión en el precio de los servicios, que suben un 0.6%, supone un considerable jarro de agua fría en las expectativas de haber superado lo peor.

Mayo había transcurrido con relativa confianza en un comportamiento más moderado de los precios, habiendo los mercados de bonos ofrecido un tono más relajado en EE.UU., pero el perfil que se adivina para las cuatro próximas semanas va a ser de nuevo el de tensiones en los mercados de deuda, que siempre arrastran tras sí a los demás activos. Hasta no hace demasiado tiempo el calendario de comportamiento de los mercados en las siguientes cuatro semanas lo determinaba el dato de creación de empleo; ahora lo hace la inflación.

LOS TIPOS A FINAL DE AÑO

Hay muy poca probabilidad que la Reserva Federal decida un alza más allá de los 50 puntos básicos que el mercado tiene descontado para esta semana, algo que situará los tipos de corto plazo en el rango 1.25-1.50%. Otro tanto ocurrirá en la reunión del 25-26 de julio, y veremos si no se repite en septiembre. Aun elevando los tipos en 25 pb en las tres reuniones que restan tras el verano, los tipos acabarán el año en EE.UU. en el rango 2.50-2.75%, muy cerca de donde se sitúan las expectativas de inflación de largo plazo y por tanto rozando por abajo la zona neutral. ¿Puede ser menos? No. Puede ser más.

El BCE tiene el mismo problema, aunque no reacciona igual. Acaba de anunciar que pone en marcha el repliegue monetario con un alza de 25 pb en julio y, como mínimo, otros 25 pb en septiembre, aunque lo razonable sería esperar 50. Restarían en el año dos reuniones más. Subir 25 p.b en cada una, situaría el tipo de depósito actual de -0.5% en 0.75%, compatible con un Euribor a 12 meses entre 1.5 y 1.75%. ¿Puede ser menos? Cabe, pero poco.

La guerra va a continuar como mínimo todo el verano, aprovechando la mejora de las condiciones del terreno y con un poco de suerte allá por noviembre podría aspirarse a una tregua, una vez Rusia alcance a consolidar sus posiciones en la franja este y sur de Ucrania.

JUNIO: EL DÓLAR AL ALZA

La vuelta del verano nos enfrentará a las preocupaciones sobre disponibilidad y coste de la energía, y probablemente, a una nueva campaña de vacunación frente a la variante del Covid que sea predominante en ese momento. El tránsito de pandemia a endemia tiene estas cosas, y aunque China persiste en la política de Covid cero, alterando las cadenas de distribución, lo máximo que puede esperarse en Occidente en cuanto a limitaciones, es la imposición en unos casos o recomendación en otros, del uso de mascarillas. No será grave, pero tampoco neutral.

Tras el paréntesis de mayo, preparémonos para afrontar de nuevo durante unas semanas, tensiones al alza del dólar, reforzadas si cabe por la lectura que se está haciendo de las consecuencias en el mercado de bonos soberanos en Europa del inicio del ajuste monetario del BCE. El temor a la fragmentación, término que se utiliza para explicar el distinto impacto de la restricción monetaria en el coste de nuevas emisiones según la posición crediticia de cada país, explica, y a la vez muestra, lo frágil que es el sentimiento del mercado. De casi 1.08 a 1.05 en apenas 24 horas. Y más por venir. Junio arranca cálido, pero en los mercados, promete caldeado.

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