El socialista Antonio Costa, imparable en Portugal

El socialista Antonio Costa, imparable en Portugal

martes 01 de febrero de 2022, 03:06h

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Al primer ministro socialista le ha salido bien su convocatoria anticipada de elecciones. Ahora podrá gobernar solo sin necesidad de los apoyos puntuales de los otros partidos de la izquierda lusa, el Bloque y el Partido Comunista.

A falta de cuatro diputados que corresponden al votos de los portugueses en el extranjero, el primer ministro, el socialista Antonio Costa, ha logrado su propósito de poder gobernar con la mayoría absoluta en la Asamblea de la República, tras lograr 117 diputados, uno por encima de los 230 asientos de que se compone el parlamento y tras la caída libre de sus antiguos socios de izquierda.

El Bloque de Izquierda ha pasado de los 19 diputados que logró en 2019 a los 5 actuales, pagando así su dirigente Catarina Martins, su negativa a apoyar los presupuestos que había elaborado el Gobierno socialista. El Partido Comunista y los Verdes, que iban junto en la Candidatura Democrática Unitaria (CDU) se han quedado en 6 escaños, perdiendo otros tantos respecto a 2019. Ni uno ni otro podrán poner condiciones a Antonio Costa.

El otro gran derrotado ha sido el Partido Socialdemócrata (PSD), el gran partido del centro-derecha portugués, que se ha quedado en un escuálido 71 que no le sirven de nada ni siquiera con los cinco que han logrado el derechista CDS-PP. Su candidato, el ex alcalde de Oporto, Rui Rio, ya ha anunciado su dimisión ante la brutal paliza electoral.

Los únicos contentos, aparte de Costa, son el candidato de extrema derecha, André Ventura (Chega), que ha pasado de un diputado a doce, y el Partido Liberal, Joao Cotrim de Figueiredo, que también ha subido de uno a 0cho escaños. Ambos han contribuido a la derrota del PSD de Rio al quitarle votos al centro derecha.

Dos partidos ecologistas y animalistas entran en la Asamblea portuguesa: Inés Sousa, del PAN (Personas, Animales y Naturaleza) y Rui Tavares (Livre).

Es inevitable comparar los resultados de las elecciones legislativas portuguesas con lo que podría pasar en España cuando Pedro Sánchez convoque de nuevo a las urnas tras el periodo que termina en noviembre de 2023, dentro de año y medio. Y es presumible que el actual inquilino de la Moncloa sueñe con emular el resultado de su colega político portugués aunque para ello tenga que pasar de los 120 diputados que tienen actualmente a los 175, o sea 55 escaños más algo que parece imposible ahora,

Antonio Costa se había quedado en 2019 a tan solo ocho diputados de la mayoría absoluta, pero en 2015 había sido derrotado por la derecha liderada por Pedro Passos Coelho, obtenido solo 86 escaños, a 31 de la mayoría absoluta que seis años y medio después ha logrado gracias a reunir el voto útil del centro izquierda, algo que también le podría pasar a Sánchez si Ciudadanos, por un lado, y Unidas Podemos, por otro se hunden.

Al contrario, Pablo Casado no puede sino sacar conclusiones negativas de la nueva derrota del PSD y del PP portugueses, que hunde a la derecha lusa en un abismo profundo desde 2015 cuando Antonio Costa arrebató el gobierno al PSD que nunca pasó de los 108 escaños. El cambio continuo de siglas y bloques de la derecha lusa ha desorientado en gran parte a su electorado y ha beneficiado a la extrema derecha del Chega y del nuevo partido Iniciativa Liberal.

Para los morados españoles, lo ocurrido al Bloque de Izquierdas y al Partido Comunista portugués, es una demostración palpable de que no pueden en ningún caso negar su apoyo al gobierno de Sánchez por miedo a que finalmente el voto útil de la izquierda vuelva al Partido Socialista como ha estado ocurriendo elección tras elección durante los 45 años de la Transición del franquismo.

A buen seguro, el resultado en Portugal servirá para afianzar la línea de Yolanda Díaz en Unidas Podemos frente a los que consideran que está haciendo demasiadas concesiones a Sánchez, como ha ocurrido tanto en la aprobación de la reforma, la subida de la luz o el conflicto de Ucrania, donde salvo leves créticas, los dirigentes de Unidas Podemos han preferido lavar la ropa sucia dentro de casa.

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