Felipe VI y Pedro Sánchez necesitan reinventarse para seguir vivos
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Felipe VI y Pedro Sánchez necesitan reinventarse para seguir vivos

martes 28 de septiembre de 2021, 18:35h

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Si reinventarse es una necesidad para sobrevivir gracias al cambio de modelo, ya sea personal, profesional o social, España está reinventándose de nuevo, con todo lo que contiene, a marchas forzadas, desde la cúpula del Estado a la gran revolución de las mujeres. El primer ejemplo de reinvención es Felipe VI seguido por Pedro Sánchez, con Pablo Iglesias tercero en el podio. Sin la izquierda no habría Monarquía.
Pablo Casado, al igual que Santiago Abascal no se reinventa, sigue siendo el mismo cambiado de papel en el teatro de la democracia política, al igual que Yolanda Díaz e incluso de Inés Arrimadas. simple cambio de trajes. Mientras Pere Aragonés es imposible que se reinvente dentro del nacionalismo burgués catalán que se inventó Jordi Pujol; Iñigo Urkullu es la esencia misma de ese nacionalismo trasladado a Cataluña desde que Xavier Arzalluz tomó las riendas del PN; y Núñez Feijóo es un “españolista” transmutado. . El resto de los “visires” de esta España de taifas autonómicas se mueven entre el azar y la necesidad.
Ninguno quiere abordar lo más necesario, reinventar de verdad España. Con un simple cambio constitucional no bastaría, ni siquiera con un Referendum que llevase a los españoles a elegir entre Monarquía y República. Hoy, Felipe VI y Letizia hacen todo lo que creen necesario para evitar que, al igual que le ocurre a Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, la reinvención no acabe con la Casa Borbón. Puede que hasta sea tarde y lo imposible se haya convertido en lo probable. Pudieron hacerlo Juan Carlos I y Felipe González durante los 14 años de su “ casamiento político “ pero se limitaron a modificar la superficie.
No se trata sólo de cambiar para que nada cambie. Gracias al editor Feltrinelli, si leemos, y al director Visconti, si vamos al cine, ya sabemos que no basta con arrojar al pobre “ Bendicó” por la ventana, tras años de estar momificado como emblema familiar. Lo que hizo Giuseppe Tomasi di Lampedusa fue colocar ante los ojos de la Italia que acababa de salir de la Gran Guerra colgando a Benito Mussolini y a Clara Petacci boca abajo en la plaza Loreto de Milán un 29 de abril de 1945, tras fusilarlos el día anterior un grupo de partisanos comunistas cuando intentaban cruzar la frontera, que ese país no había cambiado, que los que insultaban al Duce muerto y a su amante eran los mismos que veinte años antes le aclamaron con entusiasmo levantando el brazo y abriendo la mano tal y como hacían los próceres romanos. Y que caído el fascismo y abandonado por los propios fascistas el reinado de Victor Manuel III era imposible de mantener. Un año más tarde, en un Referendum los italianos daban vivas a la República.
Cuando aquel mundo que conocimos durante los 40 años de la Dictadura ( Franco fue más listo y tuvo más suerte que Hitler y Mussolini ) ya ha desaparecido y la aristocracia de sangre se ha mezclado y muchas veces con la del dinero, los simples cambios en la fachada social no sirven, de la misma manera que no le sirvieron a Tancredi y Angélica, ricos pero tan infelices como la enclaustrada Concetta que protagonizan “ Il Gattopardo”. Los dos primeros se subieron y aprovecharon el cambio y la tercera fue aplastada por ese mismo cambio. Lo que no hicieron ninguno de ellos fue reinventarse. Hoy, en España la “ Nueva Normalidad “ que ofrecen desde Pedro Sánchez a Pablo Casado y el resto de los dirigentes políticos no es otra cosa que “copiar” el modelo italiano, convertidos todos ellos en los personajes creados por Lampedusa.
Estamos obligados a cambiar de actitud para evolucionar desde nuevas bases para mantener el objetivo final de toda sociedad: conseguir la felicidad de los que la componen. No vamos por buen camino. Cada crisis económica y sanitaria lo que ha hecho es aumentar las diferencias sociales, alejar a los muy ricos - la nueva aristocracia - de la inmensa mayoría. Si nos limitamos a establecer nuevos pactos sociales en todos los niveles, sin “ reinventar España “ nos habremos limitado a tirar por la ventana a nuestro propio “ Bendicó “ y los avispados Tancredi y Angelica españoles estarán dispuestos a llevar a la plaza mayor a todo aquel que crean es un obstáculo en su camino.
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