Borrell y el interés de los países por encima de la ideología
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Borrell y el interés de los países por encima de la ideología

miércoles 03 de julio de 2019, 18:08h

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Por encima de la ideología están los países y sus intereses. Pedro Sánchez defendió la ideología socialdemócrata para la presidencia de la Comisión Europea y ha terminado defendiendo el tercer lugar del podio para España.


Alemania querÍa demostrar su fuerza y ya tiene a su ministra de Defensa como jefa del gobierno europeo; y Francia, la otra gran potencia continental miraba hacia el control del dinero y ya tiene a la directora del FMI y sucesora de Rodrigo Rato en la presidencia del Banco Central.

El candidato socialdemócrata, Timmermans se queda por el camino y Josep Borrell consigue el puesto mejorado que ya tuvo Javier Solana hace 18 años tras estar al frente de la OTAN. Es la realidad política del Continente. Cada país defiende su posición y coloca la ideología de los candidatos en un segundo lugar. Una lección que conviene que nuestros políticos aprendan para el futuro, sea cual sea el color del inquilino de La Moncloa.

La gran noticia para el futuro y la lucha por la igualdad es que por primera vez, en los dos puestos más importantes de la Unión Europea, el político y el monetario, van a estar dos mujeres, La alemana Ursula von der Leyden y la francesa Christine Lagarde no lo van a tener fácil.

Por un lado está el eterno Brexit de Gran Bretaña, que entrará en una nueva fase tras la salida de Teresa May de Downing Street, a lo que habrá que sumar la posición de “rebeldía controlada” de la Italia del gobierno imposible y los siempre difíciles encajes del populismo de los antiguos países del bloque ex soviético.

Por el lado financiero y desde el BCE las crisis bancarias en varios países siguen latiendo con fuerza pese a las transformaciones que ya se han realizado.El país más necesitado de cambios en sus grandes entidades es, sin duda, Alemania, de ahí el interés que tenía Angela Merkel en haber colocado a un compatriota como sucesor de Mario Draghi. Si se mira desde ese punto de vista la presidencia de la Comisión es un segundo plato.

Sin fuerza para imponer ideológicamente a Timmermans, la solución B de nuestro actual ministro de Exteriores como jefe de la diplomacia comunitaria es un éxito. Bien para España que, a la espera de la formación de la Comisión y la elección de Comisarios, ya tiene al número tres y al vicepresidente del BCE que ya consiguió el gobierno de Mariano Rajoy en la persona de Luís de Guindos.

Si se quiere ver desde el punto de vista ideológico, podemos encontrarnos con que Europa nos acepta a un socialista para moverse por el mundo como su representante y a un liberal para que negocie los temas del dinero hacia dentro. No está mal, España tiene la fuerza que tiene según su tamaño y su fuerza económica y social.

El reciente acuerdo entre la UE y los países de Merco Sur también justifica la elección de Borrell. Puede y debe ser una de nuestras grandes bazas como país. Si sabemos aprovecharla y no se convierten nuestros líderes políticos en los peores enemigos que tenga el ya futuro ex ministro del gobierno de Sánchez para cumplir con su tarea.

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