Granada: para no perderse

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La ciudad de Granada es la más visitada de España gracias a La Alhambra, y a todo su conjunto monumental e histórico fruto de las diferentes civilizaciones que la han habitado. Esta maravillosa ciudad encierra otros muchos edificios de interés histórico y artístico: la Catedral, la Capilla Real, la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias, la Iglesia del Salvador, el Monasterio de Santa Isabel La Reina, la Real Chancillería, la Iglesia de San Nicolás y un largo etcétera. Muchas de estas magníficas obras arquitectónicas se encuentran en las calles del Albaicín, conjunto urbanístico declarado Patrimonio de la Humanidad.

La ciudad de Granada ofrece, junto a su ambiente estudiantil, una agitada e interesante vida artística y cultural, con eventos anuales tan destacados como el Festival Internacional de Jazz, el Festival Internacional de Música y Danza, el Festival Internacional de Teatro, el Hocus Pocus Festival. Festival de Magia, etcétera. En los diferentes museos y salas de exposiciones de Granada, además de en sus distintas facultades y residencias universitarias, también se dan cita la cultura y el arte en sus distintas manifestaciones, a lo largo de todo el año.

Cosas que no puedes perderte en Granada

La Alhambra y el Generalife

Patrimonio de la Humanidad, el conjunto de la Alhambra y el Generalife es el monumento más emblemático, conocido y visitado de Granada.

Ciudad, fortaleza y palacio de los reyes de la dinastía Nazarí, sus salas y jardines son la máxima expresión del arte musulmán en Europa.

La gran extensión del complejo y la subyugante belleza de sus estancias hacen que la visita dure al menos dos horas y media. Es casi indispensable reservar con antelación la entrada, especialmente en épocas de gran afluencia de visitantes. La visita nocturna es una magnífica alternativa para quienes ya conocen el monumento con anterioridad y desean percibir los inéditos aromas, sonidos e imágenes que la noche despierta en La Alhambra.

El conjunto monumental está compuesto por la Alcazaba, ciudad militar amurallada; los Palacios, residencia real; y el palacio y los jardines del Generalife, residencia real de verano. El agua, bien escaso en el norte de África, de donde era originaria la dinastía Nazarí, está presente en las principales estancias del monumento: el famoso Patio de los Leones, el no menos conocido Patio de los Arrayanes, la Sala de dos hermanas, la de los Abencerrajes, los propios Baños reales...

De construcción posterior, pero ya integrado en el conjunto monumental, es el Palacio de Carlos V, iniciado en 1527 por el arquitecto Pedro Machuca en el más puro estilo renacentista.

Toda la historia de Granada ha pasado por delante de los muros de la Alhambra. Cuentan que hubo un jardín donde los monarcas, entre flores, perseguían a princesas. Cuentan los muros del Cuarto de los Secretos que no hay nada oculto a sus oídos. Cuenta la Medina que hubo tiempos de paz, y la Alcazaba que los hubo de guerra. La Puerta del Vino que hubo alegría y los calabozos que hubo tristeza.

El Parque de las Ciencias


Visitar el Parque de las Ciencias es entrar en un mundo diferente donde el visitante tendrá la historia de la ciencia en la punta de sus dedos.

Un lugar donde podrá participar de esa sabiduría a través de experimentos que realizaron las mentes más prodigiosas del planeta. Podrá comprobar el principio de Arquímedes, jugar con la luz y el sonido, experimentar con la electricidad y la erosión o comprender visualmente el movimiento de la Tierra.

El Parque de las Ciencias cuenta con una exposición permanente que ofrece propuestas tan interesantes como la Sala de la Biosfera, donde se puede aprender más sobre el ADN humano o como empezó la vida en el planeta. El visitante también podrá entrar en un caleidoscopio gigante en la Sala Percepción, experimentar la fuerza del viento en la Sala Eureka o conocer el legado de Al-Andalus en una sala especifica para la historia del estado hispanomusulmán que tendió un puente entre continentes y culturas.

Por supuesto hay también un lugar donde los más pequeños (de 3 a 7 años) podrán jugar y experimentar con la ciencia: la Sala Explora

Además, exposiciones de carácter temporal acercan al público el día a día de las ciencias de forma práctica y didáctica, así como interesantes propuestas biológicas y relacionadas con el medio ambiente.



Pero el Parque de las Ciencias no es solo esto. El Planetario tiene capacidad para 83 personas y está cubierto por una bóveda celeste de 10 metros de diámetro sobre la que se proyectan más de 7.000 estrellas, límite de la vista humana en una noche clara. Por si fuera poco, un jardín astronómico para seguir las trayectorias del sol y de los astros o un bello Mariposario convierten este complejo en el museo más visitado de Andalucía.

Para hacer esta experiencia completa, el museo cuenta con monitores y animadores para resolver cualquier duda que el visitante pueda tener. Además, los grupos concertados o centros escolares podrán ser recibidos en un salón de actos donde explicar los aspectos generales y organizar la visita.

El Albaicín y el Sacromonte


El Albaicín (Patrimonio de la Humanidad) y el Sacromonte son dos de los barrios con más color, encanto e historia de la ciudad de Granada.

Pasear por el Albaicín es realizar un viaje a sus raíces moriscas además de un disfrute para los sentidos. Recorrer su laberinto de estrechas calles perfumadas de jazmín, contemplar los jardines de los cármenes (sus típicas viviendas) o acompañar un aromático té con un delicioso pastelillo árabe, son experiencias que el visitante no debe perderse. Las yedras y buganvillas se descuelgan por tapias encaladas. En su interior, bellos jardines, huertas y árboles frutales hacen de los cármenes pequeñas alquerías. En ellas se derrocha una exuberancia y un colorido del que participan todas sus calles. También desde este barrio se pueden contemplar unas preciosas vistas de la Alhambra, de la ciudad y de la Vega granadina, como podemos comprobar en, por ejemplo, los miradores de San Nicolás y de San Cristóbal.



El barrio del Sacromonte es famoso por sus cuevas, en las que los gitanos continúan celebrando todas las noches sus fiestas flamencas de cante y baile. Aquí fue donde se instalaron los gitanos que acompañaban a las tropas de los Reyes Católicos cuando conquistaron la ciudad. Los artesanos trabajaban el mimbre, la forja y el cobre, y los artistas establecieron las raíces del flamenco. Aquí nació la tradicional zambra, con bailes y cantes autóctonos como la mosca o la cachucha.

El principal monumento del Sacromonte es su Abadía, donde se conservan reliquias y testimonios de los primeros cristianos de Granada y, entre ellos, el primer obispo de la ciudad: San Cecilio. El Centro de Interpretación del Sacromonte permite también conocer a fondo la historia del barrio.


La Alpujarra

Conocer la arquitectura alpujarreña es hacer un viaje en el tiempo hasta encontrar sus orígenes en las tribus bereberes que poblaron estas tierras.

Construcciones de similares características se hallan en el Rif y en otros lugares a lo largo del arco mediterráneo.

Su estilo se adapta al entorno montañoso, siguiendo sus accidentes geográficos. Las casas se disponen de forma escalonada, con una orientación sur o a espacios abiertos para aprovechar la bonanza climática. En la actualidad todos los pueblos lucen encalados, pero en otras épocas sus materiales se camuflaban perfectamente con el paisaje, consiguiendo una integración total. Las casas están construidas con piedra, barro, pizarra, launa y madera de castaño. Materiales del entorno que se integran perfectamente con las laderas y con las condiciones climáticas, lo que da lugar a una vivienda absolutamente bioclimática.

Las casas están dispuestas unas sobre otras, de forma escalonada, siguiendo la pendiente de la montaña, dándole a las calles un trazado sinuoso y caótico. Otro rasgo típico de la arquitectura alpujarreña son las chimeneas, rematadas con un sombrero formado por una laja y una piedra castigadera.

Situada entre Sierra Nevada y el mar Mediterráneo, es una comarca casi virgen, ideal para el turismo rural y la práctica de deportes de aventura. El Barranco de Poqueira, con sus pueblos blancos, ha cobrado gran prestigio como destino turístico. Destacan también localidades como Lanjarón, Trevélez, Cádiar, Órgiva y todas las situadas en el verde y fértil Valle de Lecrín.



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