La pinza que han fabricado contra Sánchez
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La pinza que han fabricado contra Sánchez

martes 03 de abril de 2018, 06:40h

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Los dos pelean por el mismo espacio político y los dos quieren gobernar desde La Moncloa. Uno lo hace desde hace seis años y el otro aspira a desplazarle en las próximas elecciones. Son rivales y en más de una ocasión se han mostrado los dientes. Sin herirse de gravedad, eso sí. Tienen además un espejo en el que mirarse: el que refleja las intenciones que tuvieron sus predecesores reespecto al mismo adeversario común: el socialismo español.

Ellos son Mariano Rajoy y Albert Rivera que se han puesto de acuerdo para reeditar, con otros mimbres pero con la misma intención, la pinza que ya hicieron sobre el PSOE de Felipe González el PP de Aznar y la IU de Julio Anguita. En aquellos años se trataba de que la formación heredera del PCE “pasara” a los socialistas y se convirtiera en la segunda fuerza política del país. Ahora, el líder del PP y el alma mater de Ciudadanos quieren forzar a Pedro Sánchez y los suyos para que le presten al duo del centro derecha los cinco votos en el Congreso que no parece que puedan conseguir del PNV para aporbar los Presupuestos mientras se mantenga en vigor el 155 en Cataluña.

Se lo pide a las claras el vicesecretario de los populares, Maroto, y por parte de Ruvera casi le llama”traidor” al secretario general del PSOE y “vendido” a los nacionalistas. Demasiado verbo y demasiados adjetivos para que sean verdad. Lo que sucede es que tanto a Rajoy como a Rivera les viene bien presentarse como los garantes de la estabilidad y el orden y el futuro económico de España, a través de los Presupuestos que ya han pactado y de los que cada uno de ellos sacará o intentará sacar rentabilidad política. Algo que si Sánchez acepta le dejará sin discurso ante la izquierda de Podemos que ha vuelto a acercarse peligrosamente - según las encuestas - a los socialistas. Un auténtico dilema estratégico y táctico para un líder al que una buena parte de los suyos sigue sin aceptar como tal y que ha perdido la relación con sus votantes y hasta con sus militantes, los mismos que posibilitaron su vuelta frente a Susana Díaz.

Hasta el día 25 todos tienen tiempo para negociar, incluidos los nacionalistas catalanes si logran sacar adelante un nuevo presidente y un nuevo gobierno constitucional que le permitiría a Rajoy pedir al Senado la anulación del 155. Y con ello se abriría la posibilidad del apoyo de Urkullu y el PNV. Los nacionalistas vascos siempre han hablado del gobierno de la Generalitat, no de que este tuviera que estara presidido por Puigdemont, quien, por cierto, sigue jugan sus cartas desde la cárcel alemana a la espera de que se resuelva su extradicción a España o su puesta en libertad bajo fianza,incluída la posibilidad de su “envío” a Bruselas, su último lugar de residencia.

La pinza es pura operación electoral, una forma de encontrar un culpable si no hay Presupuestos y por ello no hay aumento para los pensionistas, ni para los funcionarios, ni para los Ayuntamientos... Sánchez no parece dispuesto a dejarse atrapar y vuelve a colocar al presidente del Gobierno en la puerta de salida: si no hay Presupuestos, tiene que haber elecciones.

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