Iglesias quiere construir un partido con él en el centro
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Iglesias quiere construir un partido con él en el centro

martes 24 de abril de 2018, 06:43h

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El líder de Podemos quiere construir una familia con Irene Montero y dos hijos en camino; y quiere construir un partido con dos tendencias principales y él en el centro. Ya tiene su ala izquierda, que son los anticapitalistas de Miguel Urban, Teresa Rodríguez y Lorena Ruíz-Huerta, fieles al pasado quen tienen en la antigua Liga Comunista de Jaime Pastor, a caballo entre el marxismo más clásico y el trostkysmo con reminiscencias de Bakunin. La izquierda de la izquierda, la que siempre pensó durante el franquismo y en el inicio de la Transición que el PCE se había vuelto de derechas y estaba traicionando a las masas populares.

Tiene a su ala derecha, representada por Iñigo Errejón, Rita Maestre - que se ha vuelto “Carmenista” tras su intensa colaboración con la alcaldesa de Madrid - Mónica García y que llega hasta la ahora “repudiada” Carolina Bescansa. Pura socialdemocracia encubierta, pragmatismo táctico, aproximación al PSOE, confluencia con movimientos afines e internacionalismo europeo, que es algo parecido a lo que Felipe González ya hizo en 1975 desde dentro del socialismo hispano uniendo a todo lo que tenía ese apellido ( como el PSP de Tierno Galván y José Bono o el socialismo catalán de Raventós yMaragall ), y que pretende formar alianzas de cara a las elecciones autonómicas y municipales.

Situado en medio de ambas corrientes, Pablo Iglesias quiere ser el centro de ese universo, ser el que imponga la paz entre los dos sectores, que controle los excesos que Urban y Errejón ven en sus contrarios. Un poco de revolución y ruptura y un poco de pactos y asunción del mundo real en el que se mueve la política española, europea y mundial. Combatir al PSOE pegándose a sus postulados, pero desplazando el eje de la formación hacia la Izquierda Unida de Alberto Garzón, quien a su vez ya ha hecho la “fusión” de lo que quiso Gaspar Llamazares con lo que puso en marcha Cayo Lara y todo ese “guiso” cocinado junto al patriarca Julio Anguita.

Ese Podemos como partido necesita no renunciar a sus siglas, ni a su nombre; todo loo contrario tiene que potenciarlo o desparecerá más pronto que tarde. Es la gran baza de Iglesias, que es consciente de que el continente es tan importante en la sociedad moderna como el contenido, que la marca cotiza en la bolsa de los votos y que el 15M fue el inicio y el motor de explosión pero que no puede mantenerse en el tiempo, y menos con la mezcla de siglas y pequeños liderazgos dentro.

Por esas razones cuenta con su propio nucleo duro, en el que está por supuesto Irene Montero, ascendida y confirmada como real número dos de la organización desde su puesto de portavoz parlamentaria; está Ramón Espinar, que es el encargado de mostrar el lado duro de ese “centro” de Podemos; y por supuesto Pablo Echenique, la recuperada Tania Sánchez - siempre a caballo con IU - y Juan Carlos Monedero. Un grupo que tampoco es compacto y en el que las diferencias y celos personales puede llevar a futuras batallas internas que “expulsen” a más de uno/a de ese eje gravitacional que está construyendo Iglesias.

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