Isco y Asensio en el Purgatorio de Zidane
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Isco y Asensio en el Purgatorio de Zidane

miércoles 07 de febrero de 2018, 06:41h

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En la pretemporada y en el inicio de la Liga, con Cristiano sancionado, Bale en la enfermería y Benzema donde siempre, que es fuera de foco, las dos grandes esperanzas españolas del Madrid merecían todos los elogios.Eran parte del futuro blanco, tenían esa chispa que tanto gusta a la afición, movían al equipo, dirigían el juego y marcaban goles. Renovaron contrato y parecía que con la política de “banquillo” que iba a establecer Zinedine Zidane, el campeón de Liga y Champión era un más que firme candidato a repetir el doblete.

Volvieron los lesionados - también Modric, que ahora aparece como indispensable - regresó Cristiano y el Madrid entró en barrena. A Isco y Asensio, tan esenciales hace dos meses, se les “olvidó” jugar. Cabe pensar eso dado el escaso papel que les ha concedido el entrenador. Al igual que pasa con Vázquez, que debe pensar en las meigas de su tierra cada vez que Zidane le saca en el minuto 80 para ver si obra el milagro. A veces incluso lo consigue y por partida doble para que sea Cristiano quien sume tantos de penalty en su escaso bagaje de goleador.

Los españoles del Madrid están sentenciados. Su sitio es el Purgatorio e incluso para el resto de fichajes estrella, desde la defensa a la delantera, el Infierno. Llegaron para triunfar, fueron presentados como las esperanzas de un Madrid que apostaba por el producto nacional. Marcos Llorente, Ceballos, Kiko Casilla. Falsas esperanzas.

El futbol actual, el de los grandes equipos tiene más de despachos y negocio que de campo, espectáculo y buen juego. Se ponen cientos de millones en la mesa sin más objetivo que vender camisetas, firmar partidos de exhibición, producir negocios paralelos. Y conseguir que los intermediarios se hagan muy ricos. Vengan o no vengan Icardi, Kane, Neymar, Hazard, o De Gea, todo seguirá igual. Los fichajes y los descartes tienen un ritmo y una intención que solo conocen los directivos. Casi todo se arregla con buenas campañas de publicidad intensiva. Los socios y seguidores de los clubs, en este caso del Madrid, siempre están dispuestos a comulgar con ruedas de molino, incluso cuando el equipo de sus amores juega tan mal, tan mal, que da hasta vergüenza. Si en junio el único color blanco que conocerá la diosa Cibeles, tal y como aparece en las redes sociales, es el de la nevada de estos últimos días, se indemniza a Zidane y vuelta a empezar.

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