Diego Armario

'El País' completa su purga

Franco dinamitó el "Diario Madrid" y Sánchez está a punto de dinamitar el periódico "El País". La diferencia entre ambos sucesos está en que el primero murió con honra, pero el segundo lleva camino desaparecer sin dignidad y sobran razones para hacer esta afirmación porque se ha convertido en un periódico de partido cuya línea editorial la deciden desde el Palacio de la Moncloa.

Un bar para cada partido político
Pablo Iglesias ha montado un bar para rojos, Sánchez debería montar otro para golfos, los catalanes para gente que pague por anticipado, Núñez Feijóo para hacer más amigos e Isabel Díaz Ayuso tiene abiertos todos los de Madrid.
La pólvora mojada de Ábalos
José Luis Ábalos ha pasado de villano a víctima para un cierto sector de la opinión pública que odia a Pedro Sánchez, pero no por eso se ha rehabilitado política y socialmente.
Koldo, Ábalos y Sánchez
Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Si la gente tuviera meridianamente claro este principio tautológico, nadie iría llorando por las esquinas ni lamentando el mal fario de los sinvergüenzas profesionales de la política que al final son descubiertos por la justicia y detenidos por la policía.
La metamorfosis

La izquierda española ha dejado de ser sexy y se ha convertido en una secta obediente con normas estrictas que obligan a sus militantes a no salirse del cauce oficial. La de hoy es una izquierda con vocación estalinista que involuciona hacia la concepción del partido único.

Ladran porque otros cabalgan
Oscar Puente no ha leído el libro de instrucciones sobre lo que debe ser un buen ministro, pero tampoco lo necesita porque no aspira a serlo. Lo suyo es parecerse a un follonero en tiempos de ira junto a Mónica García.
Los cascos y el casquete
Si Ernest Hemingway levantase la cabeza se moriría de risa. El escritor y periodista estuvo en varios conflictos bélicos – entre otros en la guerra civil española- y en ninguno de ellos, que quede constancia gráfica, se disfrazó de combatiente, pero ahora para ir a una manifestación de jubilados en la que se infiltran unos cuantos radicales folloneros, hay periodistas que sin miedo al ridículo se ponen un casco de guerra y de milagro no se visten con un chaleco antibalas, mientras los fotógrafos y los cámaras hacen su trabajo sin esos ridículos aspavientos.
Soldado Ryan Sánchez
Pedro Sánchez es un artista. Es el único que no teme a sus mentiras y ha conseguido que todos sus empleados las repitan con una sonrisa en la boca porque no les pide que sean creativos, solo que consigan que la prensa del canuto recoja siempre las mismas frases y las reiteren hasta el vómito.
Asociación para la indignidad
Me cuentan que se ha constituido formalmente una asociación para la indignidad en el registro de asociaciones políticas y el primer Partido que ha presentado sus estatutos, ha renunciado a mantener sus siglas anteriores para sustituirlas por el nombre del líder. ¡Todo un detalle que seguro le agradecen los viejos del lugar!
Amigos, enemigos y compañeros de partido
La clase como elegancia y saber estar no es un valor colectivo, tampoco está en el ADN de las personas ni en la tradición de las sagas familiares. Es sencillamente un don con el que algunos nacen, pero no se hereda ni se contagia.
La insoportable levedad del ser
Cuando se anuncia un nuevo ciclo en política se mueven las voluntades, los culos cambian de lugar y cualquier observador avezado, sin alzhéimer sobrevenido, sabe que este fenómeno se produce porque ni siquiera José Félix Tezanos se siente capaz de seguir haciendo espejismos en vez de encuestas rigurosas en las que no cree ni Pedro Sánchez.
No les sirve
«Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto» es un buen título de una buena película de Agustín Díaz Llanes, pero también es una oportuna reflexión que podría hacer la gente con vocación de eternidad y vida pública caduca, que están condenados al olvido o a la traición de los suyos que perciben el olor a chamusquina que emite el Cesar de cartón cuando se aproxima el momento de su derrota.
El tonto del país
El título de esta columna “El tonto del País” no hace referencia a ningún redactor del periódico del grupo Prysa, pero aunque solamente sea por cálculo de posibilidades es posible que alguien se dé por aludido. Me refiero al típico tonto del pueblo que como en los últimos años se ha convertido en un grupo social significativo ya es masa crítica y lo cito recordando esos tiempos gloriosos en los que solo había un tonto oficial en cada municipio
Dos machotes contra Figo
Hubo una época en la que los primogénitos se dedicaban a la milicia, los segundones a la Iglesia y las jóvenes eran casaderas. Los que carecían de alcurnia trabajaban de labriegos, sus hijos de pastores, las hijas eran sirvientas y los descarriados, asalta caminos.
Bienvenidos a la ignorancia

Si les cuento que tengo la picha hecha un lio no se lo crean. Es solo una metáfora que explica bastante bien mi desconcierto. Pertenezco a esa minoría de ciudadanos que observa lo que pasa, se dice y se escribe en este pais, sin alterarse demasiado.

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